miércoles, 26 de diciembre de 2007

Recibir esto me puso feliz.
Nos debemos una charla...


Gengis Jan y su halcón
(...) Cierta mañana, el guerrero mongol Gengis Jan y su cortejo salieron a cazar. Mientras sus compañeros llevaban flechas y arcos, Gengis Jan llevaba su halcon favorito en el brazo...que era mejor y mas preciso que flecha alguna, porque podia subir al cielo y ver todo aquello que el ser humano no consigue ver.
Ahora bien, pese al entusiasmo del grupo, no consiguieron encontrar nada. Gengis Jan, decepcionado, volvio a su campamento; pero, para no descargar su frustracion en sus compañeros, se separo de la comitiva y decidio caminar solo.
Habian permanecido en el bosque mas tiempo de lo esperado y Jan estaba muerto de cansancio y ser. Por el calor del verano, los arroyos estaban secos, no conseguia encontrar nada para beber, hasta que -¡milagro!- vio un hilo de agua procedente de una roca que tenia delante.
Al instante, retiro el halcon de su brazo, cogio el vasito de plata que siempre llevaba consigo, se quedo un largo rato para llenarlo y, cuando estaba a punto de llévenselo a los labios, el halcon alzo vuelo, le arranco el vaso y de las manos y lo tiro lejos.
Gengis Jan se puso furioso, pero era su animal favorito, tal vez tuviera sed tambien. Agarro el vaso, le quito el polvo y volvio a atacarlo y derramo el liquido.
Gengis Jan adoraba a su animal, pero sabia que no podia permitir una falta de respeto en circunstancia alguna, ya que alguien podia estar presenciando la escena y mas tarde contaria a sus guerreros que el gran conquistador era incapaz de domar una simple ave.
Esa vez, desenvainó la espada, cogio el vaso, empezo de nuevo a llenarlo, con un ojo en la fuente y el otro en el halcon. En cuanto vio que tenia bastante agua y estaba a punto de beber, el halcon de nuevo alzo el vuelo y se dirigio hacia el. Jan, con su golpe certero, le atraveso el pecho.
Pero el hilo de agua se habia secado. Decidido a beber de cualquier modo, subio a lo alto de la roca en busca de la fuerte.
Para sorpresa suya, habia en realidad, una poza de agua y en medio de ella, muerta, una de las serpientes mas venenosas de la region. Si hubiera bebido del agua, ya no estaria en el mundo de los vivos.
Jan volvio al campamento con el halcon muerto en sus brazos. Mando a hacer una reproduccion en oro del ave y grabo en una de las alas:
"Incluso cuando un amigo hace algo que no te gusta, sigue siendo tu amigo"
En la otra ala mando escribir:
"Cualquier accion motivada por la furia es una accion condenada al fracaso"(..)



Coelho