sábado, 2 de febrero de 2008

Calvin y Hobbes

"Calvin recibió el nombre de un teólogo del siglo XVI que creía en la predestinación. Mucha gente cree que Calvin está inspirado en un hijo mío, o que se basa en recuerdos detallados de mi propia infancia. En realidad no tengo hijos, y fuí un niño bastante tranquilo y obediente, casi lo contrario que Calvin. Una de las razones que hace divertido escribir el personaje de Calvin es que, a menudo, no estoy de acuerdo con él. Calvin es autobiográfico en el sentido de que piensa sobre los mismos temas que yo, pero en esto, Calvin refleja más mi madurez que mi infancia. Muchos de los conflictos de Calvin son metáforas de mí mismo. Sospecho que muchos de nosotros envejecemos sin crecer, y que dentro de cada adulto (a veces muy adentro) hay un crío que quiere que todo se haga a su manera. Utilizo a Calvin como salida a mi inmadurez, como una forma de mantener mi curiosidad por la naturaleza, como una forma de rediculizar mis propias obsesiones, y como una forma de comentar la naturaleza humana. No querría tener a Calvin en mi casa, pero en el papel, me ayuda a sortear y entender mejor mi vida
Al igual que Calvin, a menudo prefiero la compañia de animales a la de la gente, y Hobbes es mi idea de amigo ideal. El llamado "truco" de mi tira -las dos versiones de Hobbes- suele malinterpretarse. No pienso en Hobbes como un muñeco que cobra vida milagrosamente cuando aparece Calvin. Ni tampoco pienso en Hobbes como un producto de la imaginación de Calvin. La naturaleza de la realidad de Hobbes no me interesa. Calvin ve a Hobbes de una manera, y todos los demás lo ven de otra. Muestro dos versiones de la realidad, y cada una tiene sentido para el participante que la ve. Creo que es así como funciona la vida. Todos no vemos el mundo de la misma manera, y eso es lo que dibujo en la tira. Hobbes trata más sobre la naturaleza subjetiva de la realidad que sobre muñecos que cobran vida"

Bill Watterson