jueves, 3 de julio de 2008

"Hay algo que desvela. Necesito averiguar qué estan pensando esos cincuentones rancios, con olor a noche y desodorante de ambientes, que aprovechan cuando esperas el colectivo o caminás sola de noche para arrimarte su enorme auto de remisero premium color bordó y preguntarte si estás solita o te pueden alcanzar a algún lado. ¿Cuál es su expectativa? ¿Se imaginan que vamos a ponernos a charlar, risueñas, y al ver que somos muy parecidos nos vamos a enamorar de su pelada grasienta? ¿Que nos vamos a subir a su chata del amor y vamos a tener sexo desenfrenado a cambio de que nos lleven a casa? ¿De verdad creen que alguien de veintipico de años podría estar interesada en un viejo redondo y fracasado, de 50 años, casado, con un auto horrible y un sweater de colegio? ¿Están locos? ¿Y por qué luego de tantos años lo siguen haciendo? ¿Alguna hija de puta se sube, no?"

Carolina Aguirre